El ansia de “servir” de este aventurero de la
política, a quien “poco interesa” lo que piense la población de lo incompatible
que resulta la relación de su sueldo como autoridad con la gigantesca inversión
de sus campañas, acentuada por regalitos, características de los protagonistas
de la “política negocio”, fatalmente acicateada por la impunidad con la que goza
por quienes deben administrar y sancionar por la justicia.
El “postula con la tuya” para Alvarado
no pasa de ser puras palabras, y ante la publicidad estatal sospechosamente el
JNE no ve ni oye, a pesar que ya debió de ser retirado. Salvo que Alvarado no
sea candidato.
La corrupción perfecciona sus métodos
a todo nivel, por lo que se debe actuar con medidas contundentes de sanción,
sino la proliferación de candidatos de la “política negocio” seguirá
incrementándose, porque el poder económico seguirá alimentándolos en la certeza
de que su “inversión” en las “campañas será rentabilísima cuando estén en el
poder.
El debilitamiento de los mecanismos
de control, la ineficacia, complicidad y hasta encubrimiento de las
instituciones de fiscalización y defensa de la legalidad (constitucionalmente
competentes para fiscalizar el manejo de los recursos públicos) entusiasman más
a las “postulaciones negocio” que debemos identificar para no dejarnos
nuevamente embaucar.
La lucha contra la corrupción,
también debe efectuarse desde educar el voto consciente de la ciudadanía y
vigencia de los partidos, obligados a demostrar que un Plan de Gobierno
necesita un equipo político y técnico con valores, sustento ideológico y
convicción de servicio. Hechos y circunstancias que no se han visto en estos 12
años de gestión regional. Salvo mejor parecer. Pero, basta ya de “políticos de
negocio”.
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