LA CANDIDATURA PRESIDENCIAL DE ALVARADO

El martes 02 de abril, cuando debió instalarse la Audiencia de Control de Requerimiento de Acusación que la Fiscalía, solicita 11 años de cárcel para Javier Alvarado por los presuntos delitos cometidos cuando fue alcalde de la Municipalidad Distrital de Lunahuana, en la Penitenciaria Nuevo Imperial Cantera de Cañete.

 Ese mismo día  en la Plaza de Armas de Cañete, Alvarado rodeado de su portátil miraba al cielo e imploraba  a Dios un milagro de sabiduría para los jueces que lo procesan. Drama del  presunto protagonista de COLUSION, para defraudar al estado que proclamó inocencia mientras tuvo a la fiscalía de su parte, por lo que se jacto de no tener ningún proceso judicial abierto, ahora se rendía públicamente, y admitía ser un sospechoso procesado.

Les duro poco la alegría del aplazamiento de la audiencia en su contra, porque al día siguiente quedo instalada, el intento de la portátil por obstruirla había FRACASADO. Entonces no había motivo para el lanzamiento de Alvarado a la candidatura de la Presidencia de la República.

Peor aún, cuando “Triunfa Perú” su partido político tiene impedimentos para legalizarse, y sus dirigentes son denunciados penalmente por FALSIFICACION de firmas por el JNE, entonces, no había justificación política, para el lanzamiento.

 Al descubierto la FARSA del primer lugar de la capacidad de gasto de la Región, que no pueden salir de la quinta ubicación, no era motivo como para celebrar una probable exitosa gestión regional, con el lanzamiento de la candidatura presidencial.

Según Alvarado recibió la propuesta de la Primera Dama Nadine  para conformar su plancha presidencial, de ser cierto esta se rompe con su lanzamiento personal. Y eso sería perjudicial  para los intereses judiciales  de Alvarado, como lo tenían resuelto y lo vociferaba su entorno.

Ese sería el único argumento  lógico para entender la imploración al ETERNO por parte de Alvarado, y su desesperado lanzamiento presidencial, que deja la sensación de ser una cortina de humo para rehuir sus responsabilidades judiciales, y cuando sea sentenciado convertirlo en la victima de la persecución política. No hay otra lectura del lanzamiento, salvo mejor parecer.